
Red House, con su elegante piedra blanca y sus singulares elementos rojos en la parte delantera de la vivienda, es un manifiesto arquitectónico donde las ventanas minimalistas son las protagonistas absolutas. Diseñadas con perfilería mínima para maximizar la superficie de vidrio, estas aperturas convierten cada estancia en un mirador privilegiado hacia el entorno natural.
Red House
Martín caballero
La Finca, Madrid, España
© Ignacio Heras
El diseño busca una conexión constante con la naturaleza, integrando luz, paisaje y confort en perfecta armonía. Las ventanas, que abarcan grandes superficies, permiten que la luz natural fluya libremente por la vivienda, creando espacios luminosos y acogedores en cualquier momento del día. Esta transparencia, combinada con la calidez del muro rojo como contrapunto visual, potencia la relación entre el interior y el exterior, desdibujando los límites arquitectónicos.
Desde el salón hasta los dormitorios, cada rincón de la casa disfruta de vistas despejadas que invitan a habitar el paisaje. Además de su función estética, estas ventanas están diseñadas pensando en el confort: los amplios acristalamientos ofrecen aislamiento térmico y acústico, asegurando una atmósfera serena y equilibrada en el interior.
Proyecto: Red House
Localización: La Finca, Madrid
Arquitectura y diseño: Martín Caballero
Fotógrafo: Ignacio Heras











Red House
Martín caballero
La Finca, Madrid, España
© Ignacio Heras
Proyecto: Red House
Localización: La Finca, Madrid
Arquitectura y diseño: Martín Caballero
Fotógrafo: Ignacio Heras
Red House, con su elegante piedra blanca y sus singulares elementos rojos en la parte delantera de la vivienda, es un manifiesto arquitectónico donde las ventanas minimalistas son las protagonistas absolutas. Diseñadas con perfilería mínima para maximizar la superficie de vidrio, estas aperturas convierten cada estancia en un mirador privilegiado hacia el entorno natural.
El diseño busca una conexión constante con la naturaleza, integrando luz, paisaje y confort en perfecta armonía. Las ventanas, que abarcan grandes superficies, permiten que la luz natural fluya libremente por la vivienda, creando espacios luminosos y acogedores en cualquier momento del día. Esta transparencia, combinada con la calidez del muro rojo como contrapunto visual, potencia la relación entre el interior y el exterior, desdibujando los límites arquitectónicos.
Red House, con su elegante piedra blanca y sus singulares elementos rojos en la parte delantera de la vivienda, es un manifiesto arquitectónico donde las ventanas minimalistas son las protagonistas absolutas. Diseñadas con perfilería mínima para maximizar la superficie de vidrio, estas aperturas convierten cada estancia en un mirador privilegiado hacia el entorno natural.
Desde el salón hasta los dormitorios, cada rincón de la casa disfruta de vistas despejadas que invitan a habitar el paisaje. Además de su función estética, estas ventanas están diseñadas pensando en el confort: los amplios acristalamientos ofrecen aislamiento térmico y acústico, asegurando una atmósfera serena y equilibrada en el interior.











