La reforma del apartamento 1040 en el icónico edificio Torres Blancas se centra en el diseño de sus ventanas como una reinterpretación contemporánea de las ideas originales de Francisco Sainz de Oíza. Estas ventanas, concebidas como elementos esenciales en la experiencia espacial del dúplex, no sólo maximizan la entrada de luz, sino que reinterpretan el diálogo entre interior y exterior característico del edificio.

En este “chalé en el cielo”, las ventanas se convierten en lienzos que enmarcan vistas privilegiadas, capturando la luz filtrada que Oíza diseñó como un recurso fundamental para transformar los espacios.

Su diseño actual respeta las proporciones y ritmos estructurales del edificio, manteniendo la continuidad visual con las curvas y formas orgánicas que definen la fachada, mientras actualiza los materiales y acabados para ofrecer mayor eficiencia y confort.

La reforma del apartamento 1040 en el icónico edificio Torres Blancas se centra en el diseño de sus ventanas como una reinterpretación contemporánea de las ideas originales de Francisco Sainz de Oíza. Estas ventanas, concebidas como elementos esenciales en la experiencia espacial del dúplex, no sólo maximizan la entrada de luz, sino que reinterpretan el diálogo entre interior y exterior característico del edificio.

La integración de las ventanas en esta propuesta no se limita a replicar lo existente, sino que rinde homenaje a las ideas originales de Sainz de Oíza. Se prioriza la transparencia y la conexión visual con el entorno urbano, buscando traducir los conceptos de amplitud, luz y fluidez que definieron el proyecto original, pero adaptándolos a los estándares contemporáneos.

El resultado es un espacio donde las ventanas actúan como protagonistas de una narrativa renovada: conectan las dos plantas del dúplex, amplifican la luminosidad, y preservan la esencia del diseño original de Torres Blancas, ofreciendo al mismo tiempo una interpretación moderna que honra y prolonga la visión de su creador.