
Esta vivienda unifamiliar, situada en un terreno estrecho y con pendiente descendente al sur, utiliza el diseño de sus ventanas y envolventes como elementos clave para crear una conexión fluida entre el interior y el exterior. Con una volumetría fracturada que sigue el ritmo estructural de la cubierta, las ventanas juegan un papel esencial en la experiencia espacial y lumínica de la casa.
Casa #1130
Estudio Entresitio
Madrid
© Roland Halbe
En el nivel superior, concebido como un pabellón de día, las ventanas se presentan como grandes superficies de vidrio continuo, que eliminan los límites visuales y ofrecen vistas largas y despejadas a través de los espacios conectados. Este diseño maximiza la entrada de luz natural y permite que el paisaje exterior se integre en la vida cotidiana.
En la planta inferior, donde se ubican las habitaciones, los vacíos anidados entre los volúmenes introducen luz en los espacios más privados, mientras que las envolventes acristaladas y las celosías metálicas añaden una capa de privacidad y control solar. Estas celosías, compuestas por elementos verticales delgados y sin marcos visibles, difuminan las fronteras entre interior y exterior, creando una sensación de permeabilidad que amplifica la conexión con el entorno.
La "piel permeable" de la vivienda, que combina hormigón blanco estriado, vidrio y tubos metálicos, actúa como una envolvente dinámica que responde a la luz y al movimiento. Este diseño intencionadamente camuflado y sin aparente volumetría genera una experiencia cambiante y envolvente, donde los límites se desdibujan en una superposición de capas con diferentes densidades.
Las ventanas, sin marcos visibles y diseñadas para ser lo más ligeras y sutiles posible, refuerzan esta idea de transparencia y ligereza. Son más que simples aperturas: construyen una atmósfera de luz, permeabilidad y conexión con el paisaje, haciendo de esta vivienda un espacio dinámico y profundamente integrado con su entorno.
Proyecto: Casa #1130
Localización: Madrid
Arquitectura y diseño: Estudio Entresitio
Fotógrafo: Roland Halbe
Año: 2013










Casa #1130
Estudio Entresitio
Madrid
© Roland Halbe
Proyecto: Casa #1130
Localización: Madrid
Arquitectura y diseño: Estudio Entresitio
Fotógrafo: Roland Halbe
Año: 2013
Esta vivienda unifamiliar, situada en un terreno estrecho y con pendiente descendente al sur, utiliza el diseño de sus ventanas y envolventes como elementos clave para crear una conexión fluida entre el interior y el exterior. Con una volumetría fracturada que sigue el ritmo estructural de la cubierta, las ventanas juegan un papel esencial en la experiencia espacial y lumínica de la casa.
En el nivel superior, concebido como un pabellón de día, las ventanas se presentan como grandes superficies de vidrio continuo, que eliminan los límites visuales y ofrecen vistas largas y despejadas a través de los espacios conectados. Este diseño maximiza la entrada de luz natural y permite que el paisaje exterior se integre en la vida cotidiana.
En la planta inferior, donde se ubican las habitaciones, los vacíos anidados entre los volúmenes introducen luz en los espacios más privados, mientras que las envolventes acristaladas y las celosías metálicas añaden una capa de privacidad y control solar. Estas celosías, compuestas por elementos verticales delgados y sin marcos visibles, difuminan las fronteras entre interior y exterior, creando una sensación de permeabilidad que amplifica la conexión con el entorno.
Esta vivienda unifamiliar, situada en un terreno estrecho y con pendiente descendente al sur, utiliza el diseño de sus ventanas y envolventes como elementos clave para crear una conexión fluida entre el interior y el exterior. Con una volumetría fracturada que sigue el ritmo estructural de la cubierta, las ventanas juegan un papel esencial en la experiencia espacial y lumínica de la casa.
La "piel permeable" de la vivienda, que combina hormigón blanco estriado, vidrio y tubos metálicos, actúa como una envolvente dinámica que responde a la luz y al movimiento. Este diseño intencionadamente camuflado y sin aparente volumetría genera una experiencia cambiante y envolvente, donde los límites se desdibujan en una superposición de capas con diferentes densidades.
Las ventanas, sin marcos visibles y diseñadas para ser lo más ligeras y sutiles posible, refuerzan esta idea de transparencia y ligereza. Son más que simples aperturas: construyen una atmósfera de luz, permeabilidad y conexión con el paisaje, haciendo de esta vivienda un espacio dinámico y profundamente integrado con su entorno.










